Camposanto

Saturday, April 17, 2010

Camposanto fue la voz tradicional con la que se han denominado en Navarra a los cementerios. Su uso ha sido general hasta que en la segunda mitad del siglo XX se extendiese la voz cementerio en castellano.

Historia de la reconstrucción
No tenemos constancia de la fecha en que se construyó el Camposanto de Esco, aunque se supone que habría sido en la segunda mitad del siglo XIX, dado que en esa época se promulgó un decreto por el que se prohibían los enterramientos en los cascos urbanos de los pueblos. Hasta entonces los entierros se realizaban en el terreno de alrededor de la iglesia, el que hemos conocido siempre con el topónimo de Cementerio.

Según cuentan los mayores el muro del cerramiento era de piedra vista rejuntada con mortero, al igual que las casas y corrales que hemos conocido, y desde un principio de forma circular.

Con el paso del tiempo la obra se fue deteriorando y en los años 40 del pasado siglo debía haber varios boquetes en las paredes por lo que se decidió el realizar trabajos de reconstrucción y consolidación. Entre los años 1949 y 1950 se realizaron estos trabajos “a vecinal”, esto es con la intervención de la mayor parte de los vecinos. Los trabajos de albañilería los realizo el “piquero” del pueblo, Hermenegildo Ventura con la ayuda de su hijo Faustino, que estaba a punto de ir a la mili. Los demás vecinos se dedicaban a acercar piedras y subir arena con caballerías desde el arenal del pueblo, al lado del río Aragón, hoy cubierto por el pantano. En esa fecha se decidió revocar con mortero todo el muro, y ese es el aspecto con el que lo hemos conocido todos los nacidos después de esa fecha.

En la década de los sesenta se llevaron a cabo también unas pequeñas obras de consolidación de la pared más cercana al barranco, realizándose también “a vecinal”.

Con el abandono del pueblo y los años transcurridos, el tiempo y el agua causaron los destrozos que tomos hemos podido comprobar, razón por lo que desde la Asociación se decidió la reconstrucción del muro destruido.

En el año 2007 y a partir del mes de febrero se llevaron a cabo las obras. El encargado de realizarlas fue Camilo Lafuente, de Salvatierra de Esca. La inversión realizada ascendió a 15.474,00 €.

Durante estos últimos años han sido varias las personas que han esparcido las cenizas de sus familiares por distintas partes del pueblo. A partir de ahora ya hay un sitio digno en el que poder enterrar las cenizas y poder colocar alguna placa o lápida de recuerdo.

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